Cómo limpiar la chimenea
Hay pocas cosas más acogedoras que el fuego quemando en la chimenea. Pero para que el humo nunca se quede en tu casa y sea cien por cien eficaz, debes limpiarla al menos una vez al año. Geralmente lo mejor es hacerlo después del invierno, cuando dejes de encenderla, pero también lo puedes hacer en otoño antes que vuelvas a necesitarla. Entonces, ahora que llegó la primavera, vamos a revisar cómo limpiar la chimenea.
Por lo general, hay dos maneras distintas de limpiar tu chimenea: la limpieza mecánica (esto es, con un cepillo) o la limpieza química (con productos químicos que disuelven los residuos). La limpieza química siempre debe ser hecha por un limpiador de chimeneas, pero la limpieza mecánica la puedes hacer tú mismo. Te explicamos paso a paso cómo limpiar tu chimenea:
Protege el suelo de casa con papel o plásticos. El primer paso es proteger el suelo de tu casa para que no se ensucie ni se quede rayado. Puedes utilizar papeles viejos de periódicos, restos de cartón o trapos que ya no tengan utilidad.
Retira el polvo y los restos de cenizas. Con la ayuda de un cepillo y un recogedor, retira las cenizas y el polvo acumulado en el fondo de la chimenea. ¿Todo muy fácil hasta aquí, no?
Empieza a limpiar el interior de chimenea. Con una linterna, intenta ver el interior de la chimenea y empieza a limpiarlo. Equipado con gafas, mascarillas y guantes, introduce un cepillo deshollinador poco a poco y intenta frotar lo máximo posible. Cuando notes menos “resistencia”, es porque ya has limpiado la mayoría de los residuos y puedes parar.
Aspira y recoge los restos. Usa un aspirador de hollín para recoger todos os restos y comprueba si está realmente libre de residuos. Vuelva a limpiar la base y la embocadura de la chimenea y estará lista hasta el año que viene.
Comentarios