Cómo convertir tu casa en un hogar en 5 etapas
Con el brote de coronavirus y la cuarentena, quizás te hayas dado cuenta que tu casa ha sido poco más de un dormitorio para ti. Un lugar para llegar a fín de día y acostarse, para descansar en los findes y, cómo no, un sinónimo de tareas domésticas que te has empeñado en evitar. Pero ahora que no tienes otro sitio al que ir, te gustaría convertir tu en casa en un hogar.
1. Conoce tu casa
¿Por supuesto que conoces a tu casa? Piensalo bien. ¿Sabes de qué lado se pone el sol, dónde ya hay sombra a las 3 de la tarde, cuáles son los lugares con más claridad cuando empieza a anochecer, dónde puedes guardar tus frutas y verdades lejos de la luz del día? Probablemente, nunca pasaste tanto tiempo en casa como ahora, así que aprovecha para conocer a tu casa. Sí, como si fuera una persona, ¡las casas también tienen personalidad!
2. Busca un interiorista
Si conoces bien a tu casa, también podrás describirla a un interiorista. Tendrás que localizar todas las puertas, ventanas y enchufes, saber las dimensiones de cada cuarto y decidir que más valoras. Con eso (y una buena cámara de video), el interiorista ya será capaz de hacer un primer plan de decoración para tu casa online y presentarte sugestiones para sacar provecho de tu espacio.
3. Dále apuntes personales
Sin embargo, es imposible que una casa se vuelva un hogar solo con una decoración de interiores preciosa. Al revés, lo que hace tu casa especial son los apuntes personales – los postales de ese viaje que hiciste hace años, fotos de tus amigos y familia, un vaso que te regaló tu abuela y que nunca lograste tirar a la basura. Esos pequeños detalles, aunque no sean “de revista”, realmente te harán sentir en casa. Es tu historia.
4. Crea un espacio seguro
Ya sea un rincón de tu habitación para meditar o un sofá dónde puedes hundirte y mirar tu Netflix, es importante tener un pequeño espacio de confort. Un truco: las mantas ayudan, y mucho.
5. Compra una planta
Finalmente, nuestro último truco para convertir tu casa en un hogar es comprar (al menos) una planta. Tener algo de verde hará con que todo te parezca más “natural” y acogedor, además de traer algo de “afuera” para tu casa. Kokedama, plantas interiores de IKEA o incluso cactus: esto es el toque final.
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