La mayoría de nosotros tenemos demasiada pereza para cocinar al final del día. Después del curro, lo último que nos apetece es sacar cosas de la nevera, planchar un pescado, hacer un arroz y sofreír verduras. ¿Te has dado cuenta que una cena tan sencilla te obliga a sacar tres ollas del armario? ¿Y luego a fregarlas? ¡Es mucho más fácil abrir una lata de atún, comer comida preparada del super, calentar una pizza o pedir! Pero si deseas tener un estilo de vida más saludable, debes hacer una reeducación alimentaria.
¿Cómo hacer una reeducación alimentaria?
La reeducación alimentaria implica cambiar tus comportamientos y rutinas. En primer lugar, debes hablar con un nutricionista para averiguar cuáles son las opciones más saludables, incluso si comes fuera o estás buscando comidas rápidas. También debes aprender a planificar comidas y a preparar platos que puedas cocinar rápidamente durante la semana.
Por supuesto, es difícil cambiar su dieta de noche a mañana, así que empieza con pequeños pasos. Por ejemplo, empieza a incluir las frutas en tus recetas para comer 2-3 piezas al día. Prueba nuevas verduras para integrarlas en tus platos favoritos (por ejemplo, hacer boloñesa con brócolis, lentejas, zanahoria).
Otro consejo importante es masticar bien y masticar despacio, para facilitar la digestión, tener una mayor sensación de saciedad y absorber mejor todos los nutrientes. No comas con prisa, trata de encontrar un lugar tranquilo y evita comer mientras miras el ordenador o el móvil. Y por supuesto, no olvides beber 1,5 a 3 litros de agua al día.
Además, también es beneficioso hacer algunos cambios en tu estilo de vida. Una de las precauciones más importantes es comer a horas regulares y varias veces al día, para prevenir la obesidad, los problemas de tensión e incluso la diabetes. Es igualmente importante hacer ejercicio, preferiblemente guiado por un entrenador personal. Si no sabes dónde encontrar servicios de entrenamiento personal, pincha aquí.