Cuando subes una calle empinada, ¿te quedas sin respirar? ¿Te cuesta respirar después de hacer pesas? ¿No puedes subir las escaleras del edificio sin quedarte sin aire? No te preocupes, porque no estás enfermo. Probablemente solo tienes problemas para controlar tu respiración.
Cuando los músculos empiezan a trabajar, utilizan oxígeno y liberan carbono. A medida que aumenta el esfuerzo, el cuerpo necesita más y más oxígeno. Para capturar gas suficiente, el cuerpo empieza a jadear: entra oxígeno y sale dióxido de carbono.
Así que, si haces ejercicio intenso, es normal que el entrenador personal te dé algún que otro consejo para controlar la inspiración y la espiración. De esta manera, puedes mejorar tu resistencia, tal como hacen los atletas. Con el tiempo, se vuelve algo completamente natural.
Por ejemplo, si haces entrenamiento con pesas, debes exhalar mientras te levantas e inhalar cuando regreses a la posición inicial. Al principio tendrás que concentrarte para controlar tu respiración, pero luego se vuelve mecánico. Controlar tu respiración incluso ayuda a estabilizar su control de peso.
Otro consejo para controlar la respiración es inhalar por la nariz y exhalar por la boca. Sin embargo, si no puedes hacer esto, es normal. El cuerpo inhala más aire respirando por la boca y, durante el ejercicio intenso, el instinto de inhalar por la boca puede ser incontrolable.
Por lo tanto, te desaconsejamos a hacer ejercicio sin hablar con un profesional que te enseñe la manera correcta de hacerlos. En estos casos, es mejor ir de la mano de un entrenador, que vaya subiendo la intensidad poco a poco y según tus capacidades. ¡Nadie crea resistencia de la noche a la mañana!
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